Una vez más, esta vez, bien claro, se nos plantea que la enormidad de los casi dos millones de kilómetros cuadrados de México, son, en términos de promoción turística, nada. Lo mismo da el norte que el sur, el centro que el pacífico, a final de cuentas estamos englobados dentro de un solo concepto: México.
El que el virus H1N1 se haya generado en el DF y sea en la zona centro del país en donde la mayoría de los casos se han presentado, no exonera a la remota y casi olvidada Baja California Sur. Es contundente que somos una nación, y que los problemas que se presentan en un rincón de ella, le afectan a cualquier parte de la geografía nacional.
El que el virus H1N1 se haya generado en el DF y sea en la zona centro del país en donde la mayoría de los casos se han presentado, no exonera a la remota y casi olvidada Baja California Sur. Es contundente que somos una nación, y que los problemas que se presentan en un rincón de ella, le afectan a cualquier parte de la geografía nacional.

En la prensa nacional, una vez más, se habla de lo mal que el futuro próximo, corrijo, el inmediato, está afectando negativamente a la zona de Los Cabos. La de por si resentida economía que depende casi en su totalidad del turismo, hace muchos meses se vio afectada por la obcecada idea de controlar (por no decir monopolizar) al transporte turístico por parte de la autoridad estatal. Este problema mal llevado desde su inicio por un gobierno de tendencias altamente caciquiles por un lado y proteccionistas por el otro, generó enormes pérdidas de empleos y de entrada de divisas, las cuales se vieron aun más afectadas ante la crisis económica que se desató a finales del 2008. La temporada alta en Los Cabos fue, prácticamente, inexistente. Se dijo que el turismo nacional sería la salvación para el verano, pero jamás se pensó que un evento de salud llegara a afectar en forma tan dramática, el arribo de turistas. La consecuencia de pérdidas económicas por los días de contingencia, el cierre de fábricas, bares, restaurantes y cines, por mencionar tan solo algunos, está pegando fuertemente a los bolsillos de los mexicanos, por lo tanto, el pensar que la temporada de verano será “salvada” por turistas nacionales, está, en verdad, de pensarla dos veces.

Tuve la oportunidad de participar en el Tianguis Turístico de Acapulco 2009, lo allí experimentado fue una sensación de gran inseguridad pro parte de los “compradores”, es decir, el país tiene grandes flagelos, pésima imagen en el extranjero, ante los continuos asesinatos producto de rencillas en el narcotráfico, los secuestros, la solapada acción de taxistas, que diciendo “defender su fuente de trabajo” agredieron a turistas al bajarlos de las unidades ya contratadas de transportación turística para movilizarlas en sus propias unidades, todas estas acciones aunadas a la enorme propaganda negativa que se ha desatado en contra de México a raíz del virus H1N1 nos da un panorama más que oscuro. Y las acciones correctivas para solucionar este problema, el flujo continuo de turistas hacia Baja California Sur está en manos de las autoridades estatales, se asignaron 90 millones de pesos para la promoción de que “ya no hay problemas de transporte”, no se hizo mucho, y ahora ¿cómo promocionaremos “ya no hay virus” si no tenemos dinero con que pagar una campaña publicitaria?

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