Dentro de los absurdos que vivimos en mi querida Baja California Sur, vemos que la autoridad estatal gasta el dinero en obras de RELUMBRÓN, tales como el Pabellón Cultural, el cual se planeó para los festejos del Bicentenario, mismos que inician el 15 de Septiembre próximo, dentro de dos semanas y fue apenas en estos días que se colocó la primera piedra. El proyecto nació ya muerto pues, para lo que fue concebido, no estará listo. Eso si, se engalanarán diciendo que “es la mejor obra de su tipo en el país”. Una obra que NO ES NECESARIA en la cual se estarán gastando varios millones de pesos que mejor sería encauzarlos en solucionar los terribles problemas que padecemos todos los que vivimos en la punta sur de la península de Baja California.
Antes no había problema, quienes somos auténticamente sudcalifornianos, quienes nacimos aquí siempre hemos vivido así, bajo este clima extremo, sabedores que, en septiembre caerán algunas lluvias que llenaran los mantos freáticos, pero, ¿hemos considerado la explosión demográfica que hay en la zona? Recordemos que los “choyeros” somos ya minoría, esto lo digo sin ningún tipo de recelo, es cosa natural que sucede en todos los polos de desarrollo turístico, sucedió en Acapulco en su tiempo, luego en Vallarta, Cancún y Riviera Maya, ahora aquí. El problema está en que la autoridad no se ha puesto a la altura de las circunstancias y los problemas de infraestructura están totalmente rebasados, salidos de control ¿Qué haremos ahora?
Antes no había problema, quienes somos auténticamente sudcalifornianos, quienes nacimos aquí siempre hemos vivido así, bajo este clima extremo, sabedores que, en septiembre caerán algunas lluvias que llenaran los mantos freáticos, pero, ¿hemos considerado la explosión demográfica que hay en la zona? Recordemos que los “choyeros” somos ya minoría, esto lo digo sin ningún tipo de recelo, es cosa natural que sucede en todos los polos de desarrollo turístico, sucedió en Acapulco en su tiempo, luego en Vallarta, Cancún y Riviera Maya, ahora aquí. El problema está en que la autoridad no se ha puesto a la altura de las circunstancias y los problemas de infraestructura están totalmente rebasados, salidos de control ¿Qué haremos ahora?
Obras como esta son los relumbrones de la autoridad estatal, pistas de arrancones, Elefantes Blancos como el Pabellón Cultural. ¿Y las verdaderas necesidades del pueblo cuando serán satisfechas?
Faltan obras para captar líquido
Faltan obras para captar líquido
La península de Baja California enfrenta una condición de escasez de agua que preocupa a especialistas en el tema
Gladys Rodríguez Corresponsal
El Universal
Viernes 28 de agosto de 2009
LA PAZ, BCS.— La península de Baja California enfrenta una condición de escasez de agua que preocupa a especialistas en el tema, sobre todo ante la falta de lluvias recientes y la cada vez mayor explotación y agotamiento de las fuentes de aprovisionamiento en la región.
Señalan que Baja California Sur y Baja California conforman esta región hidrológica del país y disponen de mil metros cúbicos de agua por habitante al año.
En contraste, la disponibilidad natural media de agua en México ronda los 4 mil 300 metros cúbicos por habitante. Sólo en la región golfo norte, esta cifra se eleva a 5 mil metros cúbicos y en la frontera sur, en Chiapas y Tabasco, llega a los 21 mil metros cúbicos por habitante al año.
De acuerdo con la Semarnat, en su libro Estadísticas del agua en México 2008, la península de Baja California enfrentará en 2030 una condición calificada como “una condición grave de escasez”, al llegar a niveles inferiores a los actuales.
Sin embargo, este 2009, la península resiente la crisis del agua, derivada de la falta de precipitaciones que recarguen los mantos freáticos, ya que al no contar con corrientes superficiales, el estado depende en su totalidad del agua subterránea.
Gladys Rodríguez Corresponsal
El Universal
Viernes 28 de agosto de 2009
LA PAZ, BCS.— La península de Baja California enfrenta una condición de escasez de agua que preocupa a especialistas en el tema, sobre todo ante la falta de lluvias recientes y la cada vez mayor explotación y agotamiento de las fuentes de aprovisionamiento en la región.
Señalan que Baja California Sur y Baja California conforman esta región hidrológica del país y disponen de mil metros cúbicos de agua por habitante al año.
En contraste, la disponibilidad natural media de agua en México ronda los 4 mil 300 metros cúbicos por habitante. Sólo en la región golfo norte, esta cifra se eleva a 5 mil metros cúbicos y en la frontera sur, en Chiapas y Tabasco, llega a los 21 mil metros cúbicos por habitante al año.
De acuerdo con la Semarnat, en su libro Estadísticas del agua en México 2008, la península de Baja California enfrentará en 2030 una condición calificada como “una condición grave de escasez”, al llegar a niveles inferiores a los actuales.
Sin embargo, este 2009, la península resiente la crisis del agua, derivada de la falta de precipitaciones que recarguen los mantos freáticos, ya que al no contar con corrientes superficiales, el estado depende en su totalidad del agua subterránea.
Acuíferos sobreexplotados
Por lo anterior, de los 39 acuíferos existentes en el estado, al menos siete de los cuales enfrentan sobreexplotación, entre ellos el de la capital, La Paz.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el doctor Arturo Cruz Falcón, especialista en Geohidrología, aseguró que “la situación que vive la entidad y particularmente La Paz, que es la localidad urbana más poblada del estado —198 mil 141 habitantes— es grave ante los altos niveles de sobreexplotación del acuífero”.
Precisó que para cubrir la demanda de la población, al año se extraen 40 millones de metros cúbicos; no obstante, la recarga por lluvias alcanza apenas los 20 millones de metros cúbicos.
La entidad recibe pocas precipitaciones durante el año. Es el lugar donde menos llueve, sólo en temporada de huracanes y durante algunos días en invierno Baja California Sur registra menos de 200 milímetros de lluvia anuales.
La ciudad se encuentra en un “punto crítico”, dijo el experto, ya que durante varios años se ha extraído más de lo que se recarga, consiguiendo que en los últimos dos años se haya introducido entre seis y ocho kilómetros el agua de mar a la zona acuífera, con el riesgo de que en pocos años se extraiga agua de los pozos.
A esta situación se añade que los gobiernos municipales “no han hecho nada o muy poco” para dejar de sobreexplotar el acuífero y ofrecer mejor servicio.
Sostuvo que la planta de tratamiento opera a 50% o menos en el mejor de los casos, además, por fugas en la red de distribución se pierde 40% del líquido.
Otra falla es que 50% de las casas no tiene medidores y el sistema de cobros promedio no es el adecuado. Tampoco existen obras de retención de agua de lluvia, salvo algunas que datan de 1930.
Sin estas obras se pierden 40 millones de metros cúbicos de agua de lluvia, porque según estimaciones, los ciclones que afectan a la península, en tres o cuatro días de precipitaciones, alcanzan a dejar lo que se extrae del acuífero en un año.
La alternativa a la que se le ha apostado, es la desalación. No obstante, la operación de este tipo de plantas trae problemas consigo, como el alto costo energético y la contaminación por los desechos (salmuera), explicó.
Las mejores opciones, como invertir en reparar la red de distribución, eficientizar la planta de tratamiento, la instalación de medidores, la construcción de obras de retención, el cobro adecuado y campañas de cuidado del agua, se han dejado y se opta por lo más costoso, que es la planta desaladora, afirmó el investigador.
Cruz Falcón agregó que a las condiciones de aridez de la península, se suman el crecimiento poblacional —una tasa anual de 2.5%— y la falta de planeación adecuada, dando como resultado que pese a la sobreexplotación de los acuíferos, a la fecha el recurso sea insuficiente para satisfacer la demanda.
Dijo que de mantener el ritmo actual de extracción de agua subterránea, será inminente la intrusión de agua salobre al acuífero y el daño será irreversible.
En esta temporada ciclónica, lejos de las costas de la península se han formado nueve fenómenos hidrometeorológicos. Todos ellos han dejado lluvias escasas, por lo que la recarga de los acuíferos ha sido prácticamente nula.
Por lo anterior, de los 39 acuíferos existentes en el estado, al menos siete de los cuales enfrentan sobreexplotación, entre ellos el de la capital, La Paz.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el doctor Arturo Cruz Falcón, especialista en Geohidrología, aseguró que “la situación que vive la entidad y particularmente La Paz, que es la localidad urbana más poblada del estado —198 mil 141 habitantes— es grave ante los altos niveles de sobreexplotación del acuífero”.
Precisó que para cubrir la demanda de la población, al año se extraen 40 millones de metros cúbicos; no obstante, la recarga por lluvias alcanza apenas los 20 millones de metros cúbicos.
La entidad recibe pocas precipitaciones durante el año. Es el lugar donde menos llueve, sólo en temporada de huracanes y durante algunos días en invierno Baja California Sur registra menos de 200 milímetros de lluvia anuales.
La ciudad se encuentra en un “punto crítico”, dijo el experto, ya que durante varios años se ha extraído más de lo que se recarga, consiguiendo que en los últimos dos años se haya introducido entre seis y ocho kilómetros el agua de mar a la zona acuífera, con el riesgo de que en pocos años se extraiga agua de los pozos.
A esta situación se añade que los gobiernos municipales “no han hecho nada o muy poco” para dejar de sobreexplotar el acuífero y ofrecer mejor servicio.
Sostuvo que la planta de tratamiento opera a 50% o menos en el mejor de los casos, además, por fugas en la red de distribución se pierde 40% del líquido.
Otra falla es que 50% de las casas no tiene medidores y el sistema de cobros promedio no es el adecuado. Tampoco existen obras de retención de agua de lluvia, salvo algunas que datan de 1930.
Sin estas obras se pierden 40 millones de metros cúbicos de agua de lluvia, porque según estimaciones, los ciclones que afectan a la península, en tres o cuatro días de precipitaciones, alcanzan a dejar lo que se extrae del acuífero en un año.
La alternativa a la que se le ha apostado, es la desalación. No obstante, la operación de este tipo de plantas trae problemas consigo, como el alto costo energético y la contaminación por los desechos (salmuera), explicó.
Las mejores opciones, como invertir en reparar la red de distribución, eficientizar la planta de tratamiento, la instalación de medidores, la construcción de obras de retención, el cobro adecuado y campañas de cuidado del agua, se han dejado y se opta por lo más costoso, que es la planta desaladora, afirmó el investigador.
Cruz Falcón agregó que a las condiciones de aridez de la península, se suman el crecimiento poblacional —una tasa anual de 2.5%— y la falta de planeación adecuada, dando como resultado que pese a la sobreexplotación de los acuíferos, a la fecha el recurso sea insuficiente para satisfacer la demanda.
Dijo que de mantener el ritmo actual de extracción de agua subterránea, será inminente la intrusión de agua salobre al acuífero y el daño será irreversible.
En esta temporada ciclónica, lejos de las costas de la península se han formado nueve fenómenos hidrometeorológicos. Todos ellos han dejado lluvias escasas, por lo que la recarga de los acuíferos ha sido prácticamente nula.